Carolina es psicóloga, se casó en 2004 y cuatro años más tarde tuvo mellizos, quienes nacieron de 28 semanas presentando ambos discapacidad. Uno de sus hijos nació con una parálisis cerebral, que le produjo una discapacidad de un 60 por ciento, mientras que el otro ha presentado hipoacusia, epilepsia y un retraso en su desarrollo. Uno de ellos fue operado en siete oportunidades con lo que la familia adeudó más de 30 millones de pesos a la clínica.
El padre de los niños es camarógrafo, por lo cual viaja frecuentemente, estando poco presente en la situación que enfrentaron los recién nacidos. Tampoco se hizo parte del pago de la deuda, por lo cual Carolina debió hipotecar su casa y solicitar un crédito que está pagando hasta el día de hoy. Cuando los niños ya habían cumplido tres años, Carolina además descubrió que su marido tenía un amante, por lo cual le pidió que dejara el hogar que compartían a lo cual él se negó. Ese mismo año Carolina hizo el cese de convivencia y comenzaron episodios de agresión psicológica y económica por parte de su ex marido, lo cual la sumió en una depresión.
Al poco tiempo ingresó a terapia en Casa de la Mujer donde recibió la ayuda de un abogado para demandar a su ex marido por violencia. Consiguió la medida cautelar de prohibición de acercamiento por un año y luego en 2013 se fijaron alimentos por 580 mil pesos, además del pago de las contribuciones del departamento y de la Isapre, pero en vista de que la pensión era insuficiente frente a los gastos de la familia, se le exigió también a los papás de su ex marido un pago mensual de 300 mil. Sin embargo los peritajes acreditaron que por sus requerimientos especiales los niños necesitaban una suma de 3.800.000 pesos. Las deudas obligaron a Carolina a vender el departamento que heredó de sus padres en Las Condes y, en ese contexto, solicitó al papá de sus hijos un reajuste que le permitiera costear todos los gastos en los que incurría mes a mes, sin embargo eso solo conllevó a nuevos episodios de violencia psicológica. Muy apremiada en enero de este año recurrió a la fundación para solicitar ayuda para divorciarse y para exigir el aumento de la pensión de alimentos, en vista de que no cuenta con ningún otro apoyo pues sus padres fallecieron y de que la familia de su ex marido presenta buena situación económica, graficado en un patrimonio de tres departamentos y una casa. Así todo, los ex suegros de Carolina presentaron una demanda para disminución de alimentos.
El caso fue derivado por la fundación y fue asumido por BCI, a través de la abogada Tamara Alfaro Onell. Tras varias reuniones con la clienta y en un contexto de difícil relación con su ex pareja, se presentó una demanda de divorcio unilateral al mismo tiempo que se llegó a mediación obligatoria para zanjar la pensión de alimentos, en vista del proceso judicial llevado a cabo por los abuelos. A fines de septiembre de este año la fiscalía del banco logró un acuerdo completo y suficiente, aumentando la pensión de alimentos del padre y de los abuelos y logrando una compensación económica de la adjudicación del departamento de Providencia, parte de la sociedad conyugal, cuya venta permitirá la estabilidad económica que necesita Carolina.
Hablamos con la abogada para que nos diera sus impresiones de este caso.
¿Por qué decidieron tomar esta causa?
Sin duda mi máxima motivación fue poder ayudar a Carolina y a los niños a tener un pequeño rayo de luz frente a muchas cosas malas que les estaban pasando. Uno como profesional en estas materias tiene un poder único de poder ayudar y cambiar el destino de una familia, por eso es tan importante ayudar y comprometerse con estos casos. Así, además, como aplicar la ley, tratar siempre de llegar al mejor acuerdo en pro de los niños.
Es un caso humano muy sensible ¿cómo fue para ti y para la fiscalía hacerse parte de él?
Fue una experiencia maravillosa. Aprendí mucho. Carolina es de las personas más fuertes y con convicción que conozco, y eso sumado al interés superior, que en este caso eran sus hermosos hijos, nos hizo planear la estrategia más eficaz para lograr nuestra meta; que en el fondo era lograr el Divorcio con la compensación, pero también ajustar la pensión para poder cubrir las necesidad mínimas de salud de sus hijos. Además de sensibilizar al padre y los abuelos para seguir apoyando a los niños. Eso lo logramos en conjunto.
¿Quedaron conformes con el acuerdo al que se llegó con la contraparte?
Pienso que sí. Uno siempre hubiera querido más, pero el escenario era bastante complejo y por ahora creo que logramos una meta muy valiosa y permitió dar estabilidad a la familia y a Carolina para que siga luchando por la felicidad de sus hijos.