A un cuarto de siglo de su creación, Fundación Pro Bono se consolida como el principal articulador del compromiso social de la abogacía en Chile, facilitando el acceso a la justicia para miles de personas y organizaciones vulnerables, y construyendo una de las comunidades legales solidarias más influyentes del país.
El acceso igualitario a la justicia es un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática y un derecho humano esencial. Sin embargo, en Chile, como en muchas partes del mundo, barreras económicas, sociales y culturales a menudo dificultan o impiden que personas y grupos en situación de vulnerabilidad puedan ejercer plenamente este derecho. En este complejo escenario, el voluntariado legal, o trabajo pro bono, emerge como una herramienta poderosa y transformadora, capaz de tender puentes donde antes existían muros.
Desde el año 2000, Fundación Pro Bono ha sido la entidad pionera y líder en la promoción, articulación y facilitación de este compromiso voluntario en el país, cumpliendo 25 años de labor ininterrumpida. Esta organización sin fines de lucro, busca promover y asegurar un acceso más equitativo a la justicia. Para lograrlo, ha desarrollado un modelo de trabajo colaborativo que fomenta y canaliza la solidaridad de la profesión legal.
La Fundación actúa como un catalizador, conectando las necesidades legales de personas vulnerables y organizaciones de la sociedad civil con la experiencia y el tiempo de estudios jurídicos, departamentos legales, consultoras y abogados y abogadas individuales dispuestos a donar su conocimiento y habilidades. Esta articulación se materializa a través de tres líneas de acción estratégicas: la asesoría jurídica gratuita, que aborda directamente los problemas legales de los beneficiarios; la educación legal, que empodera a las comunidades con conocimiento sobre sus derechos y deberes; y la incidencia en políticas públicas, buscando generar cambios estructurales que mejoren el acceso a la justicia a largo plazo.
El impacto de esta labor no es menor. La red de Fundación Pro Bono se compone actualmente de más de 60 oficinas y departamentos legales miembros, además de una vasta red de abogados y abogadas individuales con especialización en áreas críticas como derecho de familia y civil. Esta capilaridad y diversidad de experticias permite abordar una amplia gama de necesidades legales desatendidas. Más allá de las fronteras nacionales, la fundación juega un rol clave como entidad coordinadora de la Red Pro Bono de las Américas, compartiendo buenas prácticas y fortaleciendo el movimiento pro bono a nivel regional.
El voluntariado legal en números
Las cifras recientes evidencian un crecimiento exponencial en el compromiso de la comunidad legal chilena con el trabajo pro bono, canalizado a través de la Fundación. Si en 2022 se registraron 27.220 horas de trabajo voluntario certificado, esta cifra ascendió a 34.773 horas en 2024. Paralelamente, el número de abogados y abogadas participantes activos en la red pasó de 895 en 2022 a 1.312 en 2024. Este notable incremento no solo refleja una mayor conciencia social dentro de la profesión, sino también la confianza depositada en el modelo de gestión de Fundación Pro Bono.
El rol de la Fundación es crucial para garantizar la efectividad y la calidad del voluntariado legal. No se trata simplemente de conectar oferta y demanda. La organización realiza un riguroso proceso de filtrado y análisis de los casos que ingresan, asegurando que correspondan a personas o grupos que efectivamente requieren apoyo pro bono y que los casos tengan viabilidad jurídica.
Además, lleva a cabo un seguimiento constante de cada caso asignado, velando por el compromiso tanto del abogado voluntario como del beneficiario. Finalmente, la certificación de las horas pro bono realizadas no solo valida el esfuerzo de los abogados y estudios, sino que también permite medir el impacto real y agregado de esta labor solidaria, aportando transparencia y rendición de cuentas al sistema.
En estos 25 años, Fundación Pro Bono no solo ha facilitado miles de horas de asistencia legal gratuita; ha contribuido a fortalecer el tejido social. Y es que el voluntariado legal, más que un acto de caridad, es una manifestación del rol social de la abogacía y una inversión en una sociedad más justa y equitativa. El desafío es continuar creciendo y profundizando este impacto para los próximos 25 años.