“El Agua Mi Patrimonio” es el proyecto ganador de “Desafío Pro Bono 2017”

Patrocinadas por el estudio Guerrero Olivos, las alumnas Bárbara Silva, Carol Campos y Marlene Maureira de la Universidad de La Frontera se propusieron apoyar desde el acceso a la información a pequeños agricultores de zonas indígenas de la comuna de Pitrufquén en la Araucanía, para la regularización en sus derechos de uso de agua en el contexto de un nuevo proyecto de canal de riego subsidiado por el Estado.

Para ello elaboraron un programa de capacitaciones en derechos y deberes en el uso de agua y obras de riego, al igual que en posesión efectiva, las cuales fueron dirigidas tanto a dirigentes como a las comunidades. En la primera de ellas, a la que asistieron pobladores de Comuy, las alumnas estuvieron acompañadas por los abogados Sebastián Abogabir y Antonia Ibarra del estudio Guerrero Olivos y, en otra visita, en compañía de la directora ejecutiva de Pro Bono, Carolina Contreras, y del entonces encargado de Desafío Pro Bono, Ignacio Obando, se reunieron con un grupo de dirigentes para conocer sus necesidades específicas y definir mecanismos de apoyo. Además, en el marco de un piloto de asesoría, se encontraron con las autoridades de la facultad de derecho de la universidad para conversar sobre un posible convenio de colaboración en esta materia.

“El Agua Mi Patrimonio” fue así elegido por el comité del concurso Desafío Pro Bono como el proyecto mejor ejecutado en el 2018, cumpliendo de forma óptima con los criterios de justificación, especificidad y viabilidad, impacto social y alcance y proyección y replicabilidad.

“Este proyecto tuvo un sello muy especial por el nivel de su aporte social y por desarrollarse en contacto directo con comunidades rurales. Estas tenían una necesidad muy profunda de conocer aspectos jurídicos relevantes para su labor productiva, lo cual impacta en el bienestar económico, social y familiar”, comenta Carolina Contreras, directora ejecutiva de la fundación.

Durante los seis meses de ejecución del proyecto, en los que las alumnas sostuvieron encuentros con la directiva provisoria de la comunidad de riego y con las directivas de las comunidades indígenas, también brindaron apoyo práctico a 13 familias para que pudieran realizar la posesión efectiva en el Registro Civil de la zona.