El estudio Kehr Abuid Abogados, a través de Fundación Pro Bono, tomó el caso de una adolescente fallecida por la negligencia del médico que la atendió en el hospital, logrando una condena por cuasidelito de homicidio.
Perder a un ser querido de manera inesperada es uno de los mayores dolores que puede sufrir una familia. Más aún cuando quien tiene la posibilidad -y el deber- de evitarlo, no lo hace. Esto fue lo que vivió una familia de la región del Maule, tras la intoxicación de una menor de edad que no fue atendida médicamente, según los protocolos establecidos.
Se trata de una menor que vivía en una residencia del sistema proteccional del Estado, que bajo su vulnerabilidad psíquica y social, se auto intoxicó con medicamentos con el fin de quitarse la vida. Pese a ello, gracias a la rápida acción de las funcionarias del lugar y de Carabineros, fue trasladada al hospital de la comuna, donde llegó con vida y consciente.
En el lugar, el médico que la atendió no tuvo escrúpulos frente a la situación y no le creyó a la paciente ni a las personas que la acompañaban. De nada sirvió mostrarle los envases de los fármacos y los testimonios de los acompañantes de la menor de edad. Según él, de haber consumido lo señalado, la adolescente no seguiría con vida en aquel momento, por lo que no hizo lo necesario para desintoxicar su cuerpo. Esta decisión fue la que le terminaría costando la vida a la joven.
“Si esto hubiese pasado con otra menor, de otra situación socioeconómica, probablemente hubiese salido en todos lados. Entonces, lo primero fue tratar de traspasar esta situación injusta que nosotros veíamos a la propia Fiscalía. Tratar de meternos a estudiar cosas médicas, los protocolos internos, hacer un trabajo súper acucioso y muchas entrevistas con la Fiscalía para convencerla primero de formalizar y luego para que acusaran”, relata Omar Abuid, socio de Kehr Abuid Abogados que trabajó en el caso.
En ese contexto, Abuid destaca que, además, “logramos que a través de la Fiscalía se pidieran unas pericias para acreditar que efectivamente sí había un plazo razonable para actuar donde todavía no se no se habían absorbido, y no se hubiesen absorbido los medicamentos, y que producto de esta de esta falta de creencia hacia la paciente se produjo la muerte”.
Finalmente, en el juicio penal se logró una sentencia condenatoria contra el médico imputado, estableciendo 540 días de presidio y la prohibición absoluta para el ejercicio de cargos u oficios públicos mientras dure la condena. Por otro lado, sigue en desarrollo el juicio civil, en el cual se discute el monto de la indemnización de perjuicios.
Este caso es uno de los cientos que recibimos en Fundación Pro Bono, y que demuestran la importancia de un acceso igualitario a la justicia. Si te encuentras en una situación similar o conoces a alguien que pueda estarlo, te invitamos a que te acerques a nosotros. Juntos podemos hacer una diferencia, porque cada historia humana, cada caso de éxito, refuerza el derecho de todos a la justicia.