Una familia tenía problemas para sanear una propiedad, y para solucionarlo recibieron la ayuda del estudio jurídico Guerrero Olivos.
El hogar es el centro de la vida para las personas. Ahí uno está con su familia, vive su propia historia y se rodea de la calidez de una gran familia. Algo así fue lo que vivió Viviana en su actual hogar, en donde vivió con sus padres y siete hermanos. Sin embargo, nada es para siempre y, hace ya unos años, los padres de Viviana fallecieron. Primero el padre y luego su madre, quienes dejaron una herencia a sus hijos, en donde se incluía la propiedad en que vivían.
En un buen gesto familiar, los siete hermanos decidieron dejarle la propiedad a Viviana, un hogar donde pudiera florecer y vivir plenamente. Acuerdo que fue unánime y que la iba a convertir en dueño de la propiedad que solía ser de sus padres.
Pero no fue tan fácil. A medida que se adentraba en los trámites legales y administrativos para transferir la propiedad a Viviana, se encontraron con problemas que amenazaban con desvanecer su sueño. En ese momento, fue donde apareció Alfonso Niklitschek, abogado senior de Guerrero Olivos, quien envió el caso a Fundación Pro Bono y luego tomó la derivación.
“Este caso me llegó, una vez ingresado a Fundación Pro Bono, en diciembre de 2021. Los temas de herencia siempre son lentos, porque requieren bastantes gestiones, como ir a Tribunales, al Registro Civil y al Conservador de Bienes Raíces, que en general toman tiempo”, dice Niklitschek. El ejemplo que da el abogado son las escrituras; que para poder obtenerlas requirió al menos 6 meses, especialmente por la distancia en la que vivían los hermanos, muchos fuera de Santiago.
Con su experiencia y conocimiento legal, junto al apoyo de Fundación Pro Bono, se embarcaron en la tarea de resolver los problemas que entorpecían la entrega de la propiedad. Y tras un arduo trabajo, se logró desenredar la maraña de dificultades legales y administrativas. Finalmente, gracias a la asistencia invaluable del estudio jurídico Guerrero Olivos, Viviana pudo recibir el regalo tan anhelado: un hogar donde forjar nuevos recuerdos y construir su futuro.
Esta historia nos recuerda el poder transformador de la solidaridad y la importancia de contar con apoyo cuando nos enfrentamos a desafíos legales. La Fundación Pro Bono se convierte en un faro de esperanza para aquellos que necesitan orientación y asistencia legal, aliviando las cargas y haciendo posible lo que parecía inalcanzable.
Este caso, como muchos, llegó desde el boca a boca de las labores de la Fundación. De hecho, fue el mismo abogado que llevó adelante la causa, Alfonso Niklitschek, quien leyó la problemática en un grupo de mensajería derivando a las personas a la Fundación Pro Bono para que luego se le pudiera asignar a él el caso.
El nombre del cliente no es entregado completo, para proteger su privacidad.
