Caso de éxito: Morales & Besa logra satisfactorio acuerdo entre padres de niña

Fue el primer caso de familia que tomó el estudio. Su cliente Jorge llevaba dos mediaciones frustradas con la madre de su hija, de tan solo 1 año y 3 meses, y el conflicto entre ellos había escalado.

El caso lo derivó Pro Bono y lo asumió Morales & Besa el 2 de enero. A través de los abogados Carlos Espinosa y María José Rojas, el estudio interpuso una demanda para regular los alimentos y la relación directa y regular de su cliente y cuatro meses más tarde, durante la audiencia preparatoria, lograron que las partes llegaran a un acuerdo donde se priorizó el interés superior de la niña.

Los padres conciliaron un régimen comunicacional y pensión de alimentos que dejó muy satisfecho a su cliente.

 

¿Qué los motivó a tomar su primer caso de familia?

Carlos: “El aportar en un área relevante del quehacer de la profesión, diferente de aquellas  que usualmente son abordadas. Queríamos alejarnos un poco de las materias corporativas y aportar de una manera distinta, presuponiendo el interés superior de los niños, niñas y adolescentes. Asimismo, los casos de familia son más que recurrentes en nuestra sociedad, motivo por el cual, darles una solución pronta y eficiente, conlleva una responsabilidad muy importante como abogados”.

María José: “Adicionalmente quisimos contribuir al entorno en un aspecto que dista largamente de lo que involucra nuestra práctica profesional pero, al mismo tiempo, provoca un impacto mayor en los beneficiados, es un gran aliciente para enfocarnos en este tipo de materias”.

 ¿Cómo fue la experiencia de involucrarse con un tema sensible como éste?

Carlos: “Hicimos nuestras prácticas profesionales en materia de familia, por lo que estamos acostumbrados a la sensibilidad de los casos y contamos con herramientas más que suficientes para ser empáticos con nuestro cliente, asumiendo de forma íntegra y responsable el encargo que se nos encomienda”.

¿Fue un caso complejo? 

Carlos: “Es un caso complejo pues existe el interés de un menor involucrado. Uno siempre, como abogado, propende a otorgar la mayor protección posible, evitando cualquier tipo de re-victimización que pudiere afectar los derechos del menor y sus familias”

María José: “La sensibilidad del tema hace que un encargo de este tipo sea mucho más complicado de tratar, porque no solamente se lidia con las aristas legales, sino que también acarrea una carga emocional importante que es necesario poder sobrellevar para lograr los objetivos perseguidos. Por otra parte, en el caso en particular que revisamos una conciliación se veía sumamente difícil toda vez que la relación entre demandante y demandada estaba profundamente quebrada, sin embargo, afortunadamente, primó el bienestar de la menor y pudimos conseguir el mejor acuerdo posible”